Pesadilla antes, durante y después de Navidad

Las pesadillas son sueños perturbadores. Suelen ser comunes entre los niños, aunque no es exclusivo de los menores ya que alrededor del 50% de los adultos experimentan pesadillas ocasionales, las mujeres con más frecuencia que los hombres.

Las pesadillas generalmente tienen lugar durante la fase REM (abreviatura de “Rapid Eye Movement”). Durante la citada fase del sueño, y como su mismo nombre indica, los ojos se mueven rápidamente hacia los lados de forma imperceptible, aunque los párpados estén cerrados. Cada 90 minutos aproximadamente el cuerpo alterna la fase REM con la fase NREM (que a su vez se divide en otras 4 distintas). En cada periodo de alternancia, la REM dura más tiempo. Por lo tanto cuanto más durmamos, más se dilatarán esos 90 minutos iniciales.

Que recuerdes o no recuerdes un sueño dependerá de en la fase en la que te despiertes. Si lo haces durante la REM, tendrás más posibilidades de acordarte de lo que has soñado. Las pesadillas generalmente se presentan en la REM más larga, la de las últimas horas de sueño, y en ocasiones pueden llegar a despertarte, propiciando así el recuerdo claro y detallado del contenido del sueño.

Las pesadillas se producen por tres motivos principales. Primero, pueden ser respuestas a situaciones y traumas reales. Este tipo de pesadillas se clasifican en una categoría especial denominada Pesadilla de tensión Post-traumática (PSN). En segundo lugar, por tener que enfrentarnos a una situación que nos inquieta. Por último, podemos tener pesadillas porque que nuestro subconsciente quiere llamarnos la atención sobre una situación o problema que hemos evitado, pero que realmente nos angustia.

Del mismo modo, las pesadillas pueden ser puntuales o recurrentes. En estas últimas no es necesario que las imágenes se repitan, pero sí el esquema o desenlace del sueño. Casi todas las pesadillas recurrentes intentan dar un servicio de información. En este sentido, se pueden considerar como una forma de detectar problemas personales.