viernes, 12 de noviembre de 2010

Breve reflexión

Si un señor ejerce la medicina durante cinco años sin ser médico, se le envía a la cárcel.

Si un señor ejerce el periodismo durante cinco años sin ser periodista, se le regala el título.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Parásitos en el centro comercial

He estado de compras, más por obligación que por capricho. Es un efecto colateral del cambio de estación. Lo mejor es que como en Murcia sólo hay dos cambios de estación, nada más que hay que pasar por este mal trago en un par de ocasiones. Lo peor es que se me ha quedado destemplada la tarjeta de crédito, porque ha cogido mucho frío, y en unos cuantos días le ocurrirá lo mismo a la cuenta corriente.

Los que me conocéis o leéis el blog ya sabéis que odio las compras. Pero más que a las compras en sí, odio a cierto tipo de comprantes. Especialmente al espécimen femenino parasitario que utiliza el chantaje emocional para que su pareja le compre el caprichito del día. Son esas muchachas que llegan a las tiendas con el novio adosado. Se paran a mirar una prenda de ropa, bolso o zapato, se lo prueban y automáticamente miran al “adosado” y le sueltan una frase del tipo: “Anda cari, cómpramelo”, “si me quisieras me lo comprarías”, “anda, si no me compras nunca nada”, etc.

En esos momentos mola mirar la cara del “adosado”, que suele presentar dos variantes, la de vencido y/o hastiado y la de cabreado. En ambos casos, el cambio en el rostro suele ir acompañado de la apertura de cartera o aflojamiento de pasta. Y al final el parásito femenino se marcha con su objetivo cumplido. Imagino que este caso se dará con los roles cambiados, es decir, que el parásito sea masculino y la “adosada” una mujer, y también en personas del mismo sexo. Pero, a día de hoy, yo sólo he presenciado el caso que he expuesto.

Pues eso, que hasta que no se me acentúe la locura o el gusto por las performances, me toca sufrir en silencio este tipo de actitudes. Pero, aprovechando el espacio que me brindo a mí misma, quiero lanzar un mensaje a todas las mujeres que ilustran esta entrada: “¡Buscaros un trabajo, perras!”

martes, 2 de noviembre de 2010

Los singles

Ahora con la modernidad, los singles son algo más que temas extraídos de un trabajo musical de estudio, que se promocionan de forma independiente al álbum completo. O lo que es lo mismo, la canción del disco del cantante Fulanodetal que suena en la radio. Lo que decía, que ahora el anglicismo se nos ha vuelto polisémico.

En la actualidad también se conocen como singles a los solteros o “desparejaos” de toda la vida. Pero, ojo, que existe un matiz. Los singles son singles porque se dedican a quedar con otros singles. De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda eso de hacer reuniones de singles. Aseguran que en dichos encuentros surgen amistades, grupos afines con los que compartir intereses, parejas, etc.

No estoy en contra de estas reuniones. Me parece muy buena idea que personas que se hayan quedado un poco solas, por el motivo que sea, encuentren amigos y gente con la que poder salir, charlar, etc. Pero, cuando te paras a mirar las actividades que se programan para estos singles, se te cae el mundo a los pies.

Paradores, hoteles, 'spas', casas rurales… vamos, que siempre hay que hacer “noche”. Que esta gente no queda para ir al cine o para tomarse un café. No, los singles quedan con otros singles para realizar actividades que conlleven dormir fuera de casa y con la posibilidad de hacerlo con y entre ellos mismos…

Lo que la modernidad ha unido, que no lo destruya ni Dios.