viernes, 18 de marzo de 2011

Confianza ciega

Cuando se veía en el reflejo de sus ojos, comprendía que nada iba a salir mal. Pero las miradas mienten a menudo.

jueves, 3 de febrero de 2011

domingo, 30 de enero de 2011

El activismo está infravalorado

Mediante el procedimiento de pinchar el enlace del enlace (¿por qué esta práctica no tiene aún nombre técnico?), se encuentran cosas muy interesantes. Así fue cómo llegué ayer hasta el vídeo de la participación de la pequeña canadiense Severn Suzuki en la Cumbre de la Tierra de la ONU celebrada en Río de Janeiro en el año 1992. La criatura, que pertenecía a una organización ecológica para niños en Vancouver, se subió al atril de los "peces gordos" y comenzó a decir verdades como puños respecto a temas como la contaminación, la economía sostenible o la falta de solidaridad con el tercer mundo. Al final del vídeo se me cayeron dos lagrimones de los de hectómetro cúbico. Qué valor el de esta niña que, según parece, permanece fiel a sus principios casi 20 años después. Lo triste es que la oyeron, pero no la escucharon.

Túnez y Egipto se convierten estos días en ejemplos vivos de que lo que los movimientos ciudadanos pueden llegar a conseguir. A nosotros, acomodados en los brazos del sistema capitalista occidental, la era tecnológica nos permite mantener una lucha desde la trinchera. Llaman poderosamente mi atención movimientos como el de los Anonymous, que aprovechan las nuevas tecnologías de la información para difundir noticias sin pasar por los filtros periodísticos habituales. Por iniciativas como ésta, Internet está jugando un papel fundamental en los conflictos de los países citados.

Ahora que es más fácil que nunca conseguir que el planeta sea mejor, nos dejamos cegar por las mieles del estado del bienestar. Recuerdo que de pequeña era una auténtica revolucionaria. Ya en el colegio, los profesores me apodaron "la abogada del diablo". Ha pasado el tiempo y mis desengaños personales se han alimentado de apatía y de diversas dosis de la cruda realidad. Llevo semanas notando que mi yo revolucionario quiere volver, pero a la vez siento cómo mi yo desencantado y sin fe en la humanidad lo frena. ¿Qué me ha pasado? ¿Qué nos ha pasado?

domingo, 2 de enero de 2011

Creo que toca hacer balance...

Este año ha sido malo, pero como no ha sido peor que el anterior, se puede decir que ha sido regular o, técnicamente, menos malo. Esta costumbre de ver el vaso entre vacío y medio vacío me va a matar. Prometo que en 2011, todas mis citas con los deseos (Reyes Magos, San Juan, Cumpleaños, etc.) van a ir encaminadas a pedir algo de positivismo para afrontar la vida. Durante estos 365 días he ganado y perdido cosas. Me he enfrentado a algunos miedos, aunque en la mayoría de ocasiones he salido perdiendo. He conseguido un par de metas. Y bueno, también están los topicazos; he reído, he llorado, he querido matar a alguien con mis propias manos... nada digno de destacar.

Pese a vivir 365 días llenos de sentimientos, acciones y hechos, aquí estoy, con la misma sensación de que nada ha cambiado. Cada vez me cuesta más hacer balance. Creo que me hago mayor, y no sólo de edad. Me gustaría que hubiese un cambio con mayúsculas, no sé exactamente dónde ni cómo ni qué ni por qué. Sólo quiero algo que me permitiera elaborar un balance de verdad, aunque sea a mediados de mayo.

A ver si consigo que soplen...