miércoles, 13 de octubre de 2010

Si tú bailas, yo bailo

Pocas veces he dirigido mi mirada hacia el mundo del espectáculo para encontrar un referente, pero ella es la excepción. Se trata de Lisa Gerrard. Hace poco se hizo conocida al gran público por interpretar la banda sonora de la oscarizada Gladiator. Pero, los amantes de la música poco o nada comercial la conocíamos antes por ser parte del tandem que 'daba vida' a Dead Can Dance. Actualmente, continúa su carrera en solitario.

Lisa se presentó a varias pruebas de selección para cantantes, pero siempre encontraba la misma negativa. Le decían que su voz era demasiado grave, que su timbre no era apto para cantar como solista, que jamás llegaría a nada en el mundo de la música. Cuando fue a probar suerte como compositora, tampoco se le abrieron las puertas. Muchas de sus partituras se ejecutaban con instrumentos que ya no se fabrican y sus letras, aunque escritas principalmente en inglés, coqueteaban con idiomas como el latín o el polaco, además de utilizar palabras que ella misma inventaba.

Y la chica que no podía cumplir su sueño, siguió luchando y desoyendo a los que tanto sabían. Hasta que un sello discográfico alternativo decidió dar una oportunidad a los eclépticos Dead Can Dance. Entonces la historia se volvió bonita. Éxitos, alabanzas y más de una docena de trabajos les convirtieron en el gran referente musical que son hoy.

Lisa Gerrard no se rindió y hoy se la reconoce como una excelente intérprete y compositora y, por qué no decirlo, un gran ejemplo para quienes conocemos su historia. Y, personalmente, añado a su lista de logros la capacidad de conseguir que mi alma se estremezca.