lunes, 12 de noviembre de 2007

Mala prensa


Hacía ya buen tiempo y, como venía siendo costumbre, nos quedábamos un rato antes de volver a casa charlando sobre lo humano y lo divino en la misma puerta de la facultad. Aquellas charlas eran geniales. Una docena de mentes inteligentes reflexionando, daban para mucho. El caso es que, no recuerdo ni cómo salió el tema, pero nuestro querido creativo publicitario, Víctor, acertó a decir algo que me ha hecho reflexionar mucho: "Lo que le pasa a la Iglesia es que tiene un gabinete de comunicación pésimo. Con todo lo bueno que hace esa gente, y nada más que refleja cosas negativas".

Dejando a un lado la mala prensa basada en escándalos financieros, los tenebrosos sucesos de pederastia o las recalificaciones del limbo, es cierto que cada vez que la iglesia abre el pico es para censurar. Que si no uséis el preservativo, que si no investiguéis para curar enfermedades... cuántos "clientes" ganaría esta institución si en lugar de estar siempre coartando, destacara la enorme labor que hacen en los barrios marginales creando actividades de integración, haciendo donativos de comida y ropa a los más necesitados o acogiendo inmigrantes. Eso por no hablar del trabajo que desarrollan los misioneros en países subdesarrollados que, por suerte o desgracia, conozco de primera mano.

Va a ser imposible que la Iglesia se modernice. Pero sí que sería necesario, como decía el bueno de Víctor, que aunque no modificase un ápice de sus preceptos, al menos sí cambiara la imagen que están dando a la sociedad. Primero, porque ya no nos asustan con eso de "vas a ir al infierno" y segundo, porque toda esa gente relacionada con la Iglesia que realiza tan destacable labor, se merece un reconocimiento al menos, por parte de su institución.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues tiene razón Victor. Si en vez de vetar tanto mostrarán otra cara seguro que las cosas serían distintas. El problema es que a estas alturas, la gente ya no se cree nada.

Jose Manuel Real dijo...

Que contrate al departamento de publicidad del diablo, que si os fijáis cada dos por tres está en todas partes: en la música, los videojuegos, los condones...

Anónimo dijo...

Tal vez si no hicieran un negocio de todo no se les caería la fe como lo hace. Tal vez no compensa todo el mal que han hecho con el transcurso de los siglos con las labores humanitarias. Sus censuras, prohibiciones y abusos ocasionaron lo que tienen ahora, y a mi parecer aun tienen demasiado. Esas mismas ayudas pueden hacerse sin necesidad de que sean en nombre de la Iglesia, y como bien sabemos, se hacen pero no las suficientes.

Thedarksunrise dijo...

Yo no me mojo más que este tema es muy polémico. Ya invitaré a Víctor a argumentar sus impresiones. Gracias por los comentarios :)