martes, 4 de diciembre de 2007

Regresiones

Hay épocas de tu vida en las que no puedes evitar que tu pasado se convierta en presente. Esas personas que vuelven, esas situaciones que se dan de nuevo, esos lugares a los que decides retornar. Son muchas las sensaciones que se agolpan, claro que ahora tienes una cierta madurez y lo asimilas todo de una manera mucho más contemplativa. En ocasiones recuerdas cómo fueron tus vivencias y lo analizas todo, lo comparas y por qué no decirlo, en algunos casos te surge hasta cierta melancolía.

Siempre me han asustado los fantasmas del pasado. Creo que una de las peores etapas de mi vida fue cuando estaba en paro y me ofrecieron mi anterior trabajo y al mismo tiempo, volvió a tentarme un amor de juventud. Jamás he podido estancarme ni me he permitido dar pasos atrás. No concibo la vida si no es con una proyección, aunque sea a peor pero nunca, aunque cueste, dejarme caer en la absurda espiral que me rodea.

El caso es que ahora que me encuentro en etapa de regresión, me ha dado por analizar y he descubierto que antes era feliz y que ahora no lo soy. Y sé que no puedo volver porque yo ya no soy la misma ni tampoco mis circunstancias. Aún así, ahora más que nunca, me resulta complicado avanzar sin volver la vista atrás. Creo que esto de regresar al instituto me está afectando demasiado...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mirar al pasado en ocasiones no es bueno para nuestro estado emocional, pero no hay que dejarse llevar por las cosas que hicimos, mejores o peores. Eso ya lo hemos vivido y ahí se queda, grabado en nuestra memoria y en nuestra historia.
Todos mirarmos atrás y siempre pensamos que fuimos felices, con esa felicidad que nadie puede tocar, hasta que alguien llegó y la jodió. Pero no hay que quedarse ahí.
Cada momento en nuestra vida es único y por eso hay que vivirlo al máximo. No siempre es de noche, ni de día. Pero, tranquila, te aseguro que puedes ser feliz con pocas y pequeñas cosas. El trabajo, los amigos, la pareja... todo eso influye en nuestra felicidad, pero nuestra fuerza es la que la marca y la que la hace revivir.
Un besito y ánimo niña!

Jose Manuel Real dijo...

Toma mi mano y sigueme.

Si tienes msn, agrégame y hablamos. Lo mismo la ayuda que yo estoy recibiendo te la puedo de alguna manera dar.

De todas maneras, sé fuerte. Aguanta. Hold on. Seguimos ahí, contigo.

Seguimos contigo en la tormenta.

Ego dijo...

Decía un tal Cicerón que "el recuerdo del mal pasado es alegre". Quizás tenga razón y todo. A veces me acuerdo de cuando yo no era yo, sino una niña de 10 años que veía su programa favorito en la tele, porque estaba enamorada del presentador, y que se las veía y se las deseaba para engullir el exquisito zumo de naranja con grumos que le preparaba su abuela. Quién sabe si lo que hacemos no es mirar atrás con nostalgia porque recordar en sí es lo que nos pone. Sin embargo, ¿quién daría un duro por regresar, consciente de que regresar implica ignorar lo aprendido durante los años que sucedieron a la infancia?
Mimemos la dulce melancolía, pues, pero que no nos nuble la dicha.
Como dijo A.A. allá por 2002, "vaya mierda de subconsciente: devuélvelo".

Anónimo dijo...

¿No te has planteado que alo mejor el temor del pasado no te deja vivir el presente de ahora? . Quizás si intentases no relacionar la etapa de este presente con la de aquel pasado podrías hasta descucrir cosas que jamás hubieses pensado. :P

Bikiñosssssss.

Thedarksunrise dijo...

Muchas gracias a todos por los comentarios. Como siempre tan alentadores y llenos de cariño :'**** Me quedo con todos vuestros consejos y experiencias para superar la melancolía. Gracias de nuevo. Besisss