martes, 18 de diciembre de 2007

El poder de flipar

"Nunca subestimes el poder de flipar", decía mi querido Luis en una de esas frías mañanas rodeados de monitores, magnetoscopios y demás utensilios ubicados en aquel acogedor control de realización. En cierto modo, pese a lo extraño de la sentencia, tenía razón. Y es que hay días en los que no te acuestas sabiendo algo más, sino flipando por algún motivo que hasta la fecha no se había presentado. Hoy ha sido uno de esos días.

La conversación fluía por el dilatado tiempo de dos horas y venía notando como aquel muchacho me hablaba de usted, claro que como había mucho ruido en el bar, tampoco quería soltarle una afirmación rotunda con su consiguiente bronca rotunda. Pensé durante largo tiempo que me engañaban mis sentidos. Tras varios supuestos "ustedes" y un mosqueo considerable, le pregunto con toda naturalidad: ¿me estás llamando de usted?. Mi interlocutor afirma con una sonrisa tímida. Yo, loading... bronca, le comento que si me ve tan sumamente viejuna como para eso. La respuesta ha sido espectacular: "no le llamo de usted por su edad sino porque posee una titulación superior". Mi cara ha debido resultar un poema de métrica asonante porque él se explicaba y argumentaba su teoría de forma atropellada. Aunque sinceramente yo ya no podía escucharle, estaba experimentando el poder de flipar...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jjaajajajjaja, es que me imagino no tu cara, jajajajaja. Va ser que nos vamos a tener que acostrumbrar que poco a poco pasaremos al lado del "usted", pero para allá para el año 2065, así que nos queda tiempo. Jajajajaja.

Besotes.

Anónimo dijo...

Bueno... a mi eso de usted también me lo han dicho ya no alguna vez, no, demasiadas veces!!

El que mas me marcó fue el momentazo con un churrero. Me explico, junto a la oficina donde trabajaba en la playita se colocaba un señor con su casetilla de churros, mu majo él, y yo casi todas las mañana me compraba mis churricos pa desayunar, hasta que un día, que llevaba yo un vestido modelo "casa de la Pradera" con mis lazos y mis vuelos, vamos, que parecía una niña!! llega el señor churrero y me suela "Qué le pongo, SEÑORA?".

Se me quedó tan clavado que no le compré churros más nunca en lo que quedó de verano.

Thedarksunrise dijo...

Qué digan lo que quieran que somos muy jóvenes y bellas!!! Gracias por los comentarios :)