viernes, 1 de septiembre de 2017

Sería más fácil

Una relación puede terminar por muchos motivos. En mi caso no es porque mi expareja y yo no nos quisiéramos. El problema siempre ha sido que su familia se ha metido por medio y nos ha hecho infelices hasta aborrecernos. 

En mi casa siempre se le ha respetado y se le ha tratado como a uno más. Pese a que él no era el tipo de persona que unos padres querrían para su hija, se le ha acogido por hacerme feliz a mí y respetarme. 

Yo no puedo decir lo mismo por su parte. Desprecios y menosprecios de los suyos nos han acabado destruyendo. ¿Qué puede llevar a una persona a querer ver a su hijo o hermano infeliz? ¿No deberían alegrarse o al menos respetar su felicidad? 

Lo acojonante del caso es que ellos no me conocen, nunca han querido conocerme. No he ido a casa de mi novio ni una sola vez en cinco años y medio, no he compartido cinco minutos con esa gente. Los primeros años fueron traumáticos y sin sentido y los últimos, de fuego cruzado. Al principio, la única "comunicación" que tenía con ellos eran los regalos que les compraba por sus santos o cumpleaños y que les mandaba con él. A cambio sólo recibí desprecio.   

En todos estos años he bajado la cabeza cada vez que los suyos han pasado por mi lado sin saludarme o cuando me han atacado sin sentido. Me he resignado cuando han impedido que fuese a las bodas familiares, aunque él sí venía a las mías. He sido una apestada sin haber dado un motivo para ello. He vendido barata mi dignidad y mis esperanzas, y todo lo he hecho porque le quería. He renunciado a muchas cosas, como a tener una cermonia de boda por el simple hecho de no tener a la mitad de los invitados queriendo escupirme. No, yo no soy una mala persona y no merezco que el día de mi boda sea el día más infeliz de mi vida. Sabía que si escogía un futuro con él, debía renunciar a muchas cosas, y lo hice. Pero al final, no han servido los sacrificios. 

Pese a todo, jamás le he prohibido a mi pareja ver a su familia o le he animado a alejarse de ellos. Siempre le he respetado sus tiempos con ellos e incluso a veces le he sugerido que fuera a ver a su hermano a su casa de Alicante, que acompañara a su hermana a conciertos a los que no tenía con quien ir o llevara a su madre al médico para que no fuera sola. Yo me quedaría en casa esperándolo para no molestar, para que no tuvieran que incomodarse viéndome. Sí, una subnormal de libro, porque he sido considerada con gente que no ha tenido conmigo ni compasión. 

Nunca le he querido alejar de ellos, pero sí le he advertido que debía poner freno a las manipulaciones que le hacían en casa si quiería apostar por nuestra relación. Incluso le hicieron chantaje cuando fuimos a firmar el alquiler del piso y él me dejo plantada con la maleta. Y, cuando ha sido consciente de las manipulaciones, todavía se ha enfadado conmigo y yo he tenido que aguantar humillación + chaparrón.  Al fin y al cabo, debe ser muy duro darte cuenta de que tu familia busca hacerte infeliz, que no hace el mínimo esfuerzo por respetar tu vida. 

He soportado cosas muy duras y vergonzosas por querer a una persona, pero al final no ha servido para nada. 

Enhorabuena, pasen a recoger los cadáveres. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacia años que no pasaba por aquí, desde entonces he sido madre y posiblemente me sienta tan sola como tu, pensando que no me han amado ni yo a el. Ánimo. Arianrhod.

Thedarksunrise dijo...

¡Hola Arianrhod!

Sí que hace mucho tiempo que no nos escribimos. Gracias por pasarte por aquí.

Siento leer tus palabras. Siempre he preferido que las personas sean felices, aunque yo no lo sea. Espero que tu precios@ niñ@ te ayude a difuminar los malos recuerdos. Gracias por los ánimos y por tus palabras.

Un abrazo.